24 diciembre 2012

Es más fácil decir "no como carne, porque no me gusta su sabor".
Más que flojera, es ahorro de palabras.
Para no escuchar el cuestionario extirpador de tantos apetitos:
1. "Por qué no comes carne?"
2. "Es por los animales?"
3. "Te crees vegetariana?"

entre otras tantas tonteras.

R: Porque no me gusta, no me gusta como sabe la muerte.
Recuerdo, cada vez que comía carne,
mi estómago
ese ser viviente dentro, no lo soportaba,
no lo aguantaba
y me hacía retorcer de dolor.

Ahora bien, pueden decirme que las plantas también son seres vivientes
y contribuyo a su matanza.
Equivocado, las plantas son en su gran proporcion: Agua.
Mi estómago se contenta, se siente liviano, libre y me lo transmite.
Y yo me siento villana asesinando vegetales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario